Derrame articular: causas, síntomas y tratamiento – Guía médica completa para entender y aliviar el dolor

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¿Tienes la rodilla inflamada o te cuesta mover una articulación? Podrías estar frente a un derrame articular. En este artículo te explico sus causas, síntomas y los tratamientos más efectivos para aliviar el dolor y recuperar tu movilidad.

La clave para tratar el dolor articular es entender sus causas y actuar de forma temprana para evitar complicaciones mayores como la condromalacia rotuliana o el edema óseo.

En este artículo te explicaré, de manera sencilla y profesional, todo lo que necesitas saber sobre el derrame articular: qué es, por qué ocurre, cómo identificarlo y las mejores opciones de tratamiento disponibles hoy en día. Si últimamente notas inflamación o rigidez en alguna articulación, esta lectura te será de gran ayuda para comprender lo que sucede en tu cuerpo y cómo aliviarlo de forma efectiva.

El derrame articular es la acumulación anormal de líquido sinovial dentro de una articulación. Este líquido, en condiciones normales, lubrica y nutre las superficies articulares, permitiendo el movimiento sin fricción entre los huesos. Sin embargo, cuando existe una lesión, inflamación o infección, el organismo produce un exceso de este líquido, generando hinchazón, rigidez y dolor.

El derrame puede presentarse en cualquier articulación del cuerpo, aunque las más afectadas suelen ser las rodillas, los tobillos y los codos. En el caso de la rodilla, esta condición puede estar relacionada con la condromalacia rotuliana, un desgaste del cartílago que provoca dolor al mover la articulación o al permanecer mucho tiempo de pie. Identificar el tipo de derrame es esencial para aplicar el tratamiento adecuado y prevenir daños mayores.

Ilustración médica mostrando qué es la artrosis en una rodilla

Las causas del derrame articular son variadas. En mi práctica clínica, las más comunes suelen estar relacionadas con traumatismos, enfermedades inflamatorias y alteraciones degenerativas del cartílago.

Entre las principales causas se encuentran:

CausaDescripción
Traumatismos o lesiones deportivasGolpes o esguinces pueden causar inflamación y acumulación de líquido sinovial.
ArtritisInflamación crónica que daña la membrana sinovial, generando exceso de líquido.
Condromalacia rotulianaDesgaste del cartílago de la rótula que produce dolor y derrame en la rodilla.
Infecciones articularesBacterias dentro de la articulación pueden causar derrames purulentos.
Edema óseoLesiones dentro del hueso que alteran el equilibrio del líquido articular.

El exceso de peso, la práctica de deportes de impacto o las enfermedades autoinmunes también pueden contribuir a esta condición. Es importante realizar un diagnóstico por imagen (como una resonancia magnética) para identificar si hay un edema óseo o daño en el cartílago asociado.

El síntoma más evidente del derrame articular es la inflamación visible en la articulación afectada. Sin embargo, existen otros signos que pueden orientar el diagnóstico clínico.

Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Dolor que aumenta con el movimiento o la presión.
  • Sensación de rigidez o pérdida de movilidad.
  • Calor y enrojecimiento local.
  • Aumento de volumen visible.
  • En casos severos, fiebre si existe infección.

Cuando el derrame articular afecta la rodilla, suele presentarse dificultad para doblarla o subir escaleras, especialmente si coexiste una condromalacia rotuliana. En otras articulaciones, como el tobillo o el codo, el dolor puede ser más difuso, pero igualmente limitante.

No todas las articulaciones son igual de propensas a acumular líquido. En general, las más afectadas son aquellas sometidas a mayor carga o movimiento repetitivo.

  1. Rodillas: son las más vulnerables, sobre todo en deportistas y personas con sobrepeso.
  2. Tobillos: propensos a derrames tras esguinces o lesiones repetitivas.
  3. Codos: frecuentes en personas que realizan esfuerzos repetitivos con los brazos.
  4. Hombros: en casos de tendinitis o bursitis crónica.
  5. Caderas: pueden presentar derrame cuando existe artritis o edema óseo.

Conocer la articulación afectada permite orientar el tratamiento, ya que cada una tiene una dinámica distinta y requiere enfoques personalizados de rehabilitación y fortalecimiento muscular.

Rodilla hinchada con bursitis – bursitis en la rodilla

Si no se trata adecuadamente, el derrame articular puede provocar complicaciones que van más allá del dolor. La presión constante del líquido puede dañar las estructuras internas, agravando el desgaste articular o favoreciendo el desarrollo de condromalacia rotuliana.

Entre las complicaciones más frecuentes destacan:

  • Degeneración del cartílago.
  • Formación de quistes sinoviales.
  • Infecciones articulares.
  • Pérdida de movilidad progresiva.
  • Aparición de edema óseo en el hueso subcondral.

Un diagnóstico temprano y un manejo médico adecuado pueden prevenir la evolución hacia una artritis crónica o una cirugía articular.

El tratamiento del derrame articular depende de su causa y gravedad. En la mayoría de los casos, el primer paso es aliviar el dolor y la inflamación mediante medidas conservadoras.

  • Aplicación de frío local para reducir la hinchazón.
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
  • Reposo y elevación del miembro afectado.
  • Drenaje del líquido sinovial si el derrame es importante.
  • Fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento.

En pacientes con condromalacia rotuliana, se recomiendan ejercicios de bajo impacto y fortalecimiento del cuádriceps. En casos de edema óseo, pueden aplicarse terapias con campos magnéticos o infiltraciones de ácido hialurónico.

En casos crónicos o refractarios, se pueden considerar:

  • Infiltraciones con corticoides o plasma rico en plaquetas (PRP).
  • Cirugía artroscópica para limpiar la articulación.
  • Rehabilitación personalizada con control de carga articular.
Fisioterapeuta trabajando con máquina robótica – fisioterapia robótica para rodilla

Es común confundir la bursitis con el derrame articular, ya que ambas generan inflamación y dolor. Sin embargo, su origen es distinto. La bursitis afecta las bolsas serosas (bursas) que amortiguan los tendones, mientras que el derrame se produce dentro de la cavidad articular.

Una manera práctica de diferenciarlas es la localización del líquido. En la bursitis, la hinchazón se encuentra fuera de la articulación; en el derrame, el líquido sinovial se acumula dentro de ella. En ambos casos, la evaluación médica y la ecografía son fundamentales para definir el diagnóstico y el tratamiento más adecuado.


¿El derrame articular siempre requiere drenaje?

No siempre. Solo se drena cuando la cantidad de líquido sinovial es excesiva o hay sospecha de infección.

¿La condromalacia rotuliana causa derrame articular?

Sí, porque el desgaste del cartílago genera una respuesta inflamatoria con aumento del líquido sinovial.

¿Qué relación hay entre el edema óseo y el derrame articular?

El edema óseo puede ser consecuencia del aumento de presión intraarticular por el derrame o una lesión previa.

¿El derrame articular puede curarse completamente?

En muchos casos sí, si se trata la causa subyacente y se realiza una adecuada rehabilitación.

¿Qué ejercicios puedo hacer si tengo derrame articular en la rodilla?

Se recomiendan ejercicios suaves como natación, bicicleta estática o caminatas cortas, siempre bajo supervisión médica.

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