Soy médico especialista en Medicina del Dolor y Cuidados Paliativos, he trabajado en clínicas del dolor y hospitales oncológicos, diseñando tratamientos personalizados que combinan medicina, empatía y calidad de vida. Sé que hablar del dolor no es fácil, pero comprenderlo es el primer paso para controlarlo y vivir con mayor bienestar.
Este artículo está pensado especialmente para ti, ya seas paciente o familiar, que buscas entender mejor el dolor oncológico, sus causas y las alternativas reales de alivio. Te explicaré de manera clara, profesional y humana cómo identificar los tipos de dolor oncológico, cómo se evalúa en una clínica del dolor, y qué tratamientos han demostrado mejores resultados para recuperar el equilibrio físico y emocional.
¿Qué es el dolor oncológico?
El dolor oncológico es aquel que se presenta como consecuencia directa o indirecta del cáncer. Puede originarse por la presión del tumor sobre nervios, órganos o huesos, o incluso como efecto secundario de tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia. Este tipo de dolor varía mucho entre pacientes: mientras algunos sienten molestias leves y ocasionales, otros experimentan un dolor intenso y persistente que afecta su calidad de vida.
Entender el dolor es fundamental, no solo para aliviarlo, sino para devolver autonomía y esperanza. En la práctica clínica, siempre explico a mis pacientes que el tratamiento del dolor oncológico no busca únicamente eliminar el malestar, sino también permitir que puedan dormir, moverse y disfrutar del tiempo con sus seres queridos.

¿Cómo se evalúa el dolor oncológico?
La evaluación del dolor oncológico es un paso crucial para definir el tratamiento adecuado. En la clínica del dolor, utilizamos escalas visuales o numéricas para medir la intensidad del dolor, además de entrevistas detalladas para conocer su ubicación, frecuencia y duración. También es importante identificar los factores emocionales y sociales, ya que el dolor no solo es físico; el miedo y la ansiedad pueden amplificarlo.
A continuación, presento una tabla que resume los principales métodos de evaluación utilizados:
| Método de evaluación | Descripción | Aplicación en clínica del dolor |
| Escala Visual Análoga (EVA) | El paciente marca su nivel de dolor en una línea de 0 a 10 | Permite medir la intensidad subjetiva |
| Cuestionario de McGill | Evalúa el tipo, la localización y la duración del dolor | Determina la calidad del dolor oncológico |
| Evaluación multidimensional | Considera factores emocionales, físicos y sociales | Guía el plan de tratamiento personalizado |
La clave está en escuchar activamente al paciente. En mi experiencia, una evaluación integral es la base para lograr un manejo eficaz y compasivo del dolor oncológico.
Si presentas alguno de estos síntomas o dolor oncológico, es momento de consultar a un especialista.
Tipos de dolor oncológico
Existen varios tipos de dolor oncológico, y diferenciarlos es esencial para un tratamiento efectivo. En general, se dividen en tres grandes categorías:
- Dolor somático: Proviene de los tejidos, huesos o músculos. Es localizado y suele describirse como punzante o constante.
- Dolor visceral: Afecta órganos internos como el hígado, el intestino o el páncreas. Se percibe como una presión o cólico difuso.
- Dolor neuropático: Originado por daño a los nervios, ya sea por el tumor o por los tratamientos oncológicos. Se siente como ardor, hormigueo o descargas eléctricas.
Cada tipo requiere un enfoque diferente. Por ejemplo, mientras el dolor somático responde bien a antiinflamatorios o analgésicos, el dolor neuropático necesita medicamentos específicos que actúan sobre el sistema nervioso.
Reconocer el tipo de dolor permite a la clínica del dolor diseñar estrategias personalizadas, combinando fármacos, terapias físicas y apoyo psicológico.
¿Cuáles son las causas del dolor oncológico?
Las causas del dolor oncológico pueden ser diversas. A menudo, el tumor en sí es el responsable, al invadir tejidos sensibles o presionar nervios. Sin embargo, otros factores también influyen, como las infecciones, inflamaciones o los efectos secundarios de los tratamientos.
Entre las causas más comunes se encuentran:
- Invasión ósea por metástasis.
- Presión del tumor sobre estructuras nerviosas.
- Inflamación o necrosis de tejidos tumorales.
- Procedimientos médicos como cirugías o radioterapia.
En muchos casos, el tratamiento del dolor oncológico debe adaptarse conforme avanza la enfermedad. El acompañamiento continuo en una clínica del dolor permite ajustar las terapias y asegurar que el paciente reciba alivio constante y seguro.

Tratamientos para el dolor oncológico
El tratamiento del dolor oncológico es personalizado y busca mejorar la calidad de vida. En mi práctica, combino estrategias farmacológicas con terapias complementarias para ofrecer un alivio integral.
Entre los tratamientos más efectivos encontramos:
- Medicamentos analgésicos: Desde antiinflamatorios no esteroides hasta opioides potentes, siempre bajo control médico.
- Bloqueos nerviosos y neurolíticos: Procedimientos realizados en la clínica del dolor que bloquean temporalmente las señales de dolor.
- Terapias no farmacológicas: Incluyen fisioterapia, acupuntura, relajación y apoyo psicológico.
Además, los avances en medicina han permitido incorporar tratamientos innovadores como la neuromodulación, que regula las señales nerviosas mediante estimulación eléctrica. Lo más importante es que ningún paciente debe resignarse al dolor: siempre existen opciones para aliviarlo y recuperar la dignidad del bienestar.
Preguntas frecuentes sobre el dolor oncológico
¿Qué es exactamente el dolor oncológico?
Es el dolor causado por el cáncer o por sus tratamientos, que puede afectar distintos órganos y sistemas del cuerpo.
¿Dónde puedo recibir atención para el dolor oncológico?
En una clínica del dolor, donde profesionales especializados diseñan planes personalizados.
¿Cuáles son los tipos de dolor oncológico más comunes?
Somático, visceral y neuropático. Cada uno requiere un tratamiento distinto.
¿El tratamiento del dolor oncológico es seguro?
Sí, siempre que sea supervisado por médicos especializados y ajustado a las necesidades del paciente.
¿El dolor oncológico puede eliminarse completamente?
En algunos casos sí, y en otros puede controlarse eficazmente para permitir una vida activa y plena.