La cervicalgia se ha convertido en uno de los motivos de consulta más frecuentes, especialmente entre personas mayores de 50 años. Durante mi práctica clínica, he ayudado a cientos de pacientes a recuperar su movilidad y calidad de vida mediante tratamientos personalizados que combinan terapia física, fármacos y ejercicios específicos.
El dolor en el cuello puede parecer un problema menor, pero cuando se vuelve persistente, limita actividades cotidianas como leer, conducir o incluso dormir. En este artículo te explicaré con un lenguaje claro qué es la cervicalgia, cuáles son sus síntomas, los diferentes tipos de cervicalgia, cómo se diagnostica y, sobre todo, cómo curar la cervicalgia con tratamientos y ejercicios eficaces.
Qué es la cervicalgia
La cervicalgia es el término médico que utilizamos para describir el dolor localizado en la región cervical, es decir, en el cuello. Esta zona del cuerpo está formada por siete vértebras, músculos, ligamentos y nervios que sostienen la cabeza y permiten su movimiento. Cuando alguna de estas estructuras se ve afectada —por mala postura, tensión muscular o desgaste articular— se genera el dolor cervical.
A diferencia de otros tipos de dolor, la cervicalgia puede ser aguda (de corta duración) o crónica (persistente por más de tres meses). En ambos casos, es importante identificar la causa exacta, ya que no todos los tratamientos funcionan igual. Entender qué es la cervicalgia es el primer paso para abordarla correctamente y evitar complicaciones como la rigidez o el dolor irradiado hacia los brazos.

¿Cuáles son los síntomas del dolor cervical?
El dolor en el cuello puede manifestarse de distintas maneras. El síntoma más común de la cervicalgia es una sensación de rigidez o tirantez en la parte posterior del cuello, que suele empeorar con los movimientos. En algunos casos, el dolor se extiende hacia los hombros, la espalda alta o incluso hacia la cabeza, provocando cefaleas tensionales.
Otros síntomas frecuentes incluyen hormigueo o entumecimiento en brazos y manos, mareos, y dificultad para girar el cuello. Cuando estos signos persisten o se intensifican, es recomendable consultar a un especialista, ya que pueden estar asociados a problemas más serios como hernias cervicales o artrosis. Reconocer los síntomas a tiempo facilita un tratamiento de cervicalgia más eficaz.
Si presentas alguno de estos síntomas, es momento de consultar a un especialista.
A quiénes afecta la cervicalgia
Aunque cualquier persona puede sufrir cervicalgia, es más frecuente en adultos mayores debido al desgaste natural de las articulaciones cervicales. Sin embargo, el estilo de vida moderno también ha incrementado los casos en personas más jóvenes. Permanecer muchas horas frente a la computadora o mirar el teléfono con la cabeza inclinada contribuye a sobrecargar los músculos del cuello.
Tanto hombres como mujeres pueden padecerla, aunque las mujeres suelen presentar mayor incidencia debido a factores hormonales y menor masa muscular en la zona cervical. Los pacientes con antecedentes de estrés, ansiedad o malas posturas laborales también tienen mayor riesgo.

Tipos de cervicalgia
Existen diferentes tipos de cervicalgia, y conocerlos permite definir el tratamiento adecuado:
Identificar el tipo de cervicalgia es esencial para aplicar un tratamiento de cervicalgia efectivo, ya que cada una requiere estrategias distintas.
¿Cómo se diagnostica el dolor cervical?
El diagnóstico del dolor cervical comienza con una historia clínica detallada y un examen físico. El médico evalúa la postura, el rango de movimiento y la sensibilidad muscular. En algunos casos, se solicitan estudios complementarios como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías para descartar hernias o fracturas.
También pueden realizarse pruebas neurológicas si se sospecha compresión de nervios. Este proceso es clave para determinar si el paciente necesita fisioterapia, medicación o intervenciones más específicas. Un diagnóstico preciso permite orientar cómo curar la cervicalgia de manera eficaz.
¿Cómo se trata el dolor cervical?
El tratamiento de cervicalgia depende de la causa y la intensidad del dolor. En los casos leves, se recomienda reposo relativo, aplicación de calor local y uso de antiinflamatorios. Cuando el dolor es persistente, los ejercicios de fortalecimiento y estiramiento cervical resultan fundamentales.
Ejercicios para cervicalgia
Los ejercicios para cervicalgia son una herramienta terapéutica efectiva. Ayudan a mejorar la movilidad, reducir la rigidez y prevenir recaídas. Ejemplos de ejercicios sencillos incluyen:
- Inclinación lateral del cuello, manteniendo cada posición por 10 segundos.
- Rotaciones suaves de cabeza hacia ambos lados.
- Ejercicios isométricos, empujando la cabeza contra la mano sin moverla.
Siempre deben realizarse bajo supervisión profesional, especialmente en personas mayores o con patologías previas.

Consejos para evitar la cervicalgia
Prevenir la cervicalgia es posible con hábitos sencillos: mantener una postura erguida, ajustar la altura del monitor al nivel de los ojos y realizar pausas activas cada hora si se trabaja frente al computador. Dormir con una almohada adecuada que mantenga la cabeza alineada con la columna también es fundamental.
Además, practicar actividades como yoga o natación ayuda a fortalecer los músculos del cuello y mejorar la flexibilidad. El manejo del estrés mediante técnicas de relajación o respiración profunda también puede reducir las tensiones musculares y prevenir episodios de dolor cervical.
Preguntas frecuentes sobre la cervicalgia
¿Qué es la cervicalgia y por qué se produce?
Es el dolor en la zona del cuello causado por tensión muscular, mala postura o desgaste de las articulaciones cervicales.
¿Cómo se puede curar la cervicalgia?
A través de un tratamiento que combine fisioterapia, ejercicios para cervicalgia y, en algunos casos, medicación.
¿Cuáles son los mejores ejercicios para cervicalgia?
Los ejercicios de estiramiento, rotación y fortalecimiento isométrico son los más recomendados.
¿Qué tipos de cervicalgia existen?
Mecánica, postraumática, degenerativa y radicular. Cada una tiene causas y tratamientos distintos.
¿El tratamiento de cervicalgia siempre requiere medicamentos?
No siempre. En muchos casos, los ejercicios y la fisioterapia son suficientes para aliviar el dolor.